Las relaciones interpersonales
son una necesidad básica humana, nos enseñan a convivir y formar parte de nuestra comunidad, todos cumplimos un rol como hombres y mujeres. Se nos designan
determinadas tareas o características que nos vuelven funcionales dentro de
la sociedad. En la pareja también se nos ha instruido para cumplir un rol. Si
hablamos de la pareja convencional, heterosexual, se dicta que el hombre debe
proveer y la mujer debe atender y cuidar de la pareja y los hijos, el rol ha
evolucionado y se ha ido modificando dependiendo las circunstancias.
También se han designado tareas y
comportamientos en la intimidad con la pareja. Se dice que la mujer debe ser
sumisa y ceder o complacer ante las necesidades del hombre, se habla de que la
demostración de apetito sexual es exclusiva del género masculino, cuando ya se han desmentido tales afirmaciones. Para comenzar a romper con estos
roles cada vez menos cómodos para nuestro estilo de vida, es necesario tener un
conocimiento y definición de nuestra sexualidad, por ello ya hablamos
anteriormente de la importancia y ventajas de la autoexploración.
El sentirse incómodo o forzado a tener relaciones sexuales, puede producir conflictos en la relación.
Cuando tenemos conocimiento de
nuestro cuerpo nos volvemos autónomos y capaces de decidir qué queremos
experimentar, a su vez sabremos comunicar en privado lo que mejor nos complace
y daremos esa misma atención a nuestro compañero o compañera. También seremos
capaces de definir nuestros límites, cuándo queremos y cuándo no tener intimidad, ¡Es un factor muy importante! el sentirse incómodo o forzado a tener
relaciones sexuales, puede producir conflictos en la relación más adelante, por
más aprecio que tengamos a la otra persona. En este momento hablamos de respeto
a nosotros y a nuestra pareja.
La exploración mutua y respetuosa
estimula aún más que las filias, es un factor que se ha olvidado del juego
previo. Incita a la comunicación no verbal y la observación de la pareja para
llevar la actividad sexual más allá del coito. Ya que existe el consenso, tenemos liberad de explorar el cuerpo del otro: sus reacciones ante nuestro
tacto o gestos, nos guiarán a una mejor experiencia sexual.
La comodidad y la confianza es relevante para tener una vida sexual satisfactoria.
Al comprender esto, ya habremos
deducido que es importante la comunicación verbal y no verbal dentro de la pareja,
conocer al otro antes de tomar la decisión de compartir nuestra intimidad. Nos
forza a evaluar nuestras relaciones y la manera en que nos desenvolvemos con
otros, sean o no del sexo opuesto. La comodidad y la confianza es relevante
para tener una vida sexual satisfactoria, tiene que ver con la autenticidad y
la libertad que nos permitimos compartir con el otro.
Si ya tenemos una pareja estable y queremos comenzar a abrir este canal de comunicación hay que tener en cuenta que en un comienzo existirán barreras y será difícil romper con la costumbre del esquema que hemos planteado a lo largo de la relación. Habrá que definir un punto medio en el que no se juzgue el desarrollo de la sexualidad del otro y si se practica la correcta comunicación -Con respeto y tolerancia- esta brecha se irá estrechando para dar lugar a un espacio más libre e íntimo.
El desarrollo de nuestra sexualidad debe ser placentero, no una obligación.
El punto principal en esta ocasión es el respeto a nuestra intimidad y la de la pareja. Aunque existan diferentes filias y estereotipos en que se señalen comportamientos violentos entre la pareja, debemos definir si realmente nos satisface, nuevamente resaltamos la importancia del autoconocimiento. También definir nuestros límites en cuanto al lugar y momento apropiados para realizar el acto sexual, recordemos que el desarrollo de nuestra sexualidad debe ser placentero, no una obligación.
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